La Historia del cono de Helado que todos en Tapacarí debemos conocer
Existe mucha controversia sobre quién ideó el primer barquillo de helado. De mi investigación, siento que los primeros barquillos no se idearon en USA. Tanto los conos de papel como los de metal se utilizaban en Francia, Inglaterra y Alemania ya antes del siglo diecinueve. Los viajantes a Dseldorf, Alemania, notificaron haber comido helado en conos comibles a fines del siglo XIX.
Ya antes de la invención del cucurucho, el helado se lamía de un recipiente pequeño (un centavo, un cono de centavo, un succionador de centavo o vasos para lamer) o se llevaba cubierto en un papel que se llamaba “hokey pokey”. El cliente lamía el helado del plato y se lo regresaba al vendedor, quien lo limpiaba y servía para el próximo cliente. Como puede intuir, la salubridad era un problema. Un problema aún mayor era que el vendedor de helados no podía lavar los platos lo suficientemente veloz para cubrir la demanda en un día caluroso.
Conos, Barquillos, Cornucopias, los nombres que acompañaban al helado y que aun se mantienen en Tapacarí
A lo largo de la década de mil setecientos setenta los helados se llamaban pudines helados o bien pudines de helado. Los conos usados se denominaron obleas. a lo largo de este período, las obleas se les veía como “colonizadores de estómago” y se servían al final de la comida para aliviar la digestión. ocasionalmente se convirtieron en golosinas de lujo y fueron un factor esencial del plato de postres. Cuando se enrollan en “embudos” o “cornucopias“, se pueden completar con todo género de pastas de frutas, cremas y budines helados.
Los barquillos de oblea se mencionan por primera vez en The Professed Cook de Bernard Claremont (Londres: 1769) y en The Complete Housekeeper & Cook de Mary Smith (Newcastle: 1770). El registro inglés más viejo de este uso se halla en The Modern Cook (Londres: 1846) de converses ElmFrancatelli, en el que recomienda cucuruchos rellenos de helado como acompañante para una serie de postres helados.
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Café Frascati se inauguró originalmente en 1789. Era un restaurante y una casa de juego que asimismo era renombrado por servir cenas con helado. El restaurante tenía la reputación de que se podía ver a cualquier dama cenando allá sin problema o mancha en su carácter. Cake Frascati se cerró tras que apareciera una ley contra el juego en 1847. Robert J. Weir y su esposa Caroline Liddell, señalados historiadores de la historia del helado y el barquillo de helado, pudieron comprar el grabado en color de mil ochocientos siete titulado Frascati, en dos mil tres.
En el libro de cocina de William Alexis Jarrin llamado The Italian Confectioner, Jarrin se describe a sí mismo en la portada como un “confitero ornamental”, atribuye los avances recientes en el arte de la pastelería en Inglaterra a 2 factores: “la ayuda de la química moderna y la Revolution, que llevó a muchos chefs y confiteros destacados a buscar refugio y empleo en Inglaterra”. Jarrín habla de las obleas que se usan para hacer helado. En su libro, en ocasiones empleó la versión italiana de William, Guglielmo, con lo que también se le conoce como GA Jarrin.
Mas, ¿cuándo comenzaron a poner helado en estos conos de estravagent? GA Jarrin, un pastelero italiano que laboraba en Londres en el siglo XIX, escribió que sus barquillos de almendras debían enrollarse “sobre piezas de madera como pilares huecos, o bien darles cualquier otra forma que prefiera. Estos barquillos pueden estar hechos de pistachos, cubiertos con pasas de Corinto y espolvoreados con azúcar gruesa tamizada; se utilizan para adornar cremas; cuando está en sazón, se puede poner una fresa en todos y cada punta, mas debe ser fina”. Sugirió convertir otra de sus hostias en “cuernos pequeños; son excelentes para adornar una crema.”
Venta y Distribución de Conos de Helado en Tapacarí
Inmigrantes italianos en Londres: el primer barquillero de helado verdadero, usado solamente para helados, semeja haber sido un invento de los inmigrantes italianos que vivían en el área de Manchester, Inglaterra, a lo largo de el período de entreguerras a mediados del siglo XIX. El comercio de alimentos, y en particular el helado, proporcionó la estabilidad económica a muchas familias italianas. Estos inmigrantes eran mano de obra extremadamente explotada, a menudo alojados en condiciones malas y mal pagados. Pasaron de empujar carretas a tener vehículos tiradas por caballos para vender sus helados.
El término “Hokey Pokey” presumiblemente evolucionó desde el grito italiano de que los vendedores italianos vendían su helado económico, si bien no se sabe qué era originalmente. Ha habido varias sugerencias: una corrupción de “Ecce, Ecce” (Mira, Mira); una derivación de “Hocus Pocus”; una corrupción de “Ecco un poco” (italiano para acá hay un poco), el italiano “Oche poco” (Oh, qué poco), siendo el último una referencia al coste, en lugar de la cantidad, lo que le da la mayor plausibilidad. A finales de mil ochocientos había en torno a 900 hombres Hokey Pokey en Little Italy de Londres. Para 1884 la gente llamaba a los helados baratos y a los vendedores ambulantes hombres “Hokey Pokey”. Los inmigrantes italianos se habían extendido por Europa y Estados Unidos vendiendo sus helados y helados. El término “Hokey Pokey” asimismo se utilizó en los Estados Unidos.
Carlo Gatti (1817-1878), llegó a Londres desde la una parte de habla italiana de Suiza, bien podría haber sido la primera persona en vender helados. Llegó a Londres en 1847 y vendió refrescos en un puesto. Vendía pasteles y helados en conchas pequeñas. “The Penny Ice”, asimismo conocido como “helados de medio penique”, se popularizó velozmente y Gatti estuvo a la vanguardia de la venta de helados al hombre o bien la mujer comunes, que previamente no habían podido permitirse el lujo de probar tal lujo. Tuvo tanto éxito que él y otros alentaron a muchos más italianos a emigrar a Londres para asistir a vender.
Para su heladería, tuvo que importar hielo en enormes cantidades desde Noruega. Gatti construyó enormes pozos de hielo cerca de Kings Cross en la década de mil ochocientos cincuenta donde guardó el hielo que mandó a Inglaterra desde Noruega en un velero y luego en una barcaza. edificó 2 pozos de hielo bajo tierra para almacenar el hielo. Cada pozo era un enorme tubo de unos diez metros de diámetro y trece metros de profundidad y podía contener hasta setecientos cincuenta toneladas de hielo.